ΓΙΑ ΟΣΟΥΣ ΑΓΑΠΟΥΝ ΦΑΝΑΤΙΚΑ ΤΟ ΤΑΝΓΚΟ ΚΑΙ ΤΟ ΠΟΔΟΣΦΑΙΡΟ

Para todos aquellos fánaticos del tango y del fútbol acá les dejo un compilado de tangos que hacen referencia a estas dos pasiones populares. Que lo disfruten !!!

Σάββατο 23 Ιουνίου 2012

ΤΟ ΤΑΝΓΚΟ ΜΕ ΠΟΔΟΣΦΑΙΡΙΚΗ ΣΤΟΛΗ




GONIO FERRARI


EL TANGO CON CAMISETA Y BOTINES

Los rioplatenses, entre sus amores más enraizados, tienen a la Vieja, el tango y el fútbol. No extraña entonces que cada club posea su “himno” en 2 por 4.No es un descubrimiento de los historiadores ni de los sociólogos sostener que entre los amores eternos, enraizados e indelebles de los rioplatenses, en el orden que cada uno quiera asignarle, están la Vieja, el fútbol y el tango. Son variadas e innumerables las creaciones con ritmo de tango, marcha y otros, ejecutados por orquestas típicas y renombrados vocalistas, como por ejemplo Racing Club, Independiente Club o el Himno a River Plate que grabara en 1931 Francisco Canaro con Ernesto Famá poniéndole su voz. También está Boca Juniors, de 1954 por Miguel Caló con Roberto Arrieta. Y cruzando el Rio de la Plata se detectaron emotivos reconocimientos como el tango Y siempre Peñarol, donde se mencionan hazañas y personajes de esa divisa en la década del ’50, que cantaba Luis Alberto Fleitas acompañado por la orquesta de “Pirincho” Canaro.


Made in Avellaneda

Hurgando en los antecedentes, aparece como unas de las primeras grabaciones que aluden al Racing Club, las que hicieron Oscar Cobián y Roberto Firpo, allá por 1913 y dos años más tarde, una de Francisco Canaro. Pasó bastante tiempo hasta que Carlos Di Sarli en 1940, Angel D’Agostino en 1946 y Rodolfo Biagi en 1950 llevaran sus creaciones a la insobornable memoria  del disco. Sin embargo ahora se sabe que una versión anterior de Alfredo Gobbi (h) en 1949 fue considerada de alta calidad con relación a las otras. No hay que dejar de lado, en honor a la historia, una inédita grabación en vivo realizada en Montevideo cuando corría 1941 por parte de la orquesta del celebrado bandoneonista Aníbal “Pichuco” Troilo.
    Y Agustín Bardi, otro de los grandes creadores de música, tituló una de sus obras con el nombre de Independiente Club, dedicada al Rey de Copas o Los diablos rojos. En 1953 fue Héctor Varela, un reconocido fanático de los Diablos rojos de Avellaneda el autor del tango homónimo, registrado para el sello Pampa.


El ciclón de Boedo

Al amparo de la sombra que generosamente ofrecía la parroquia de San Lorenzo de Almagro, allá por 1907 nació lo que primero fue Los forzosos de Almagro, con camisetas color borravino, puños y cuello blancos, atuendo que duró un par de años hasta que se impuso el actual azulgrana. Y en homenaje al primer campeonato conquistado por el club de Boedo, el bandoneonista Luis Servidio dedicó un tango para festejar esa hazaña deportiva. Cuatro años después y en coincidencia con otra importante conquista azulgrana, José Rebolini y Carlos Pesce compusieron San Lorenzo. Por aquellos tiempos, el ala derecha del equipo superior, campeón en 1927, estaba integrada por Carricaberry y Maglio, este último, hijo del célebre “Pacho”. No fueron las únicas expresiones musicales alusivas, porque también hicieron lo suyo Francisco Caso y Francisco Lio, sin dejar de lado el tango El ciclón, de Anselmo Aieta y Francisco Laino, aparte de Azulgrana, hermosa creación instrumental de Osvaldo Requena.


Boca-River, un clásico

El equipo de la ribera ha sido uno de los más homenajeados con tangos alusivos, como por ejemplo el registro de Juan D’Arienzo en 1946 titulado Azul y Oro, de Eduardo Aguirre o José Basso quien registró Once y uno, llevado al disco en 1952. Allí aparece por primera vez una mención al “jugador número 12” como se denomina hasta la actualidad a la barra de simpatizantes boquenses. Miguel Caló aportó el tango Boca Juniors y hubo muchas otras expresiones de homenaje y reconocimiento a la trayectoria deportiva. Viene al caso recordar la trascendencia que alcanzó Julio Elias Musimessi, jugador boquense  nacido en Chaco, más conocido como “El guardavalla cantor”, quien dejó para la posteridad el chamamé Viva Boca, con autoría de Américo Cipriano y Eduardo Pauloni, registrado para el sello TK.
   En cuanto al Club Atlético River Plate, del barrio de Núñez, de acuerdo con las estadísticas vencedor en 31 campeonatos de la primera división dentro de la era profesional, recibió como uno de los tantos y sentidos homenajes, una versión del maestro Francisco Canaro, el Himno Oficial de River Plate y otra de Leopoldo Diaz Vélez con el título de “Tarzán” en inequívoca y merecida alusión al sempiterno Amadeo Carrizo, histórico y recordado  guardavalla del equipo superior de la banda roja, llevado a los registros por Armando Pontier y Alberto Podestá.


A platenses y jugadores

La gente vinculada con el tango no se limitó a reconocer trayectorias ni conquistas deportivas solo de los equipos más empinados, considerados “grandes”. Gimnasia y Esgrima de La Plata, en 1933, fue homenajeado por el bandoneonista Horacio Pezzi, quien junto con Carlos Espíndola le dedican su tango El expreso de La Plata. Y casi dos décadas después, en 1950, Ernesto Rossi y Francisco Rotundo compusieron Estudiantes de La Plata, un tango instrumental con el que establecían un necesario equilibrio en la balanza por la vieja puja futbolera que ya se había instalado en la ciudad de las diagonales.
   Allá por 1928 se dieron ejemplos cercanos a la idolatría hacia dos destacados futbolistas. Osvaldo Fresedo inscribe Tarasca solo, cantado por Antonio Buglione en homenaje a Domingo Tarascone, un notable delantero boquense y Ochoita, en reconocimiento a Pedro Ochoa, un gran gambeteador del Racing Club de entonces. Y en 1923 Miguel Padula compuso El mortero del globito en alusión a Emilio Masantonio, destacado jugador de Huracán y Lemita, donde resalta la trayectoria de Jaime Lema, arquero que pese a su baja estatura, fue figura descollante en el arco de San Lorenzo de Almagro, campeón en 1933.


Versiones memorables

Aparte de todas las creaciones que surgieron para destacar a las instituciones vinculadas con el fútbol, cabe recordar versiones memorables de temas afines que dejaron para la posteridad los grandes del tango. Largue esa Mujica, Patadura y Mi primer gol, por Carlos Gardel; la número 5, por Alfredo Gobbi con Jorge Maciel y relatos de Fioravanti; el inolvidable El sueño del pibe, por Osvaldo Pugliese con Roberto Chanel o Ricardo Tanturi con Enrique Campos; Campeones olímpicos, vals de Juan Rodríguez con acompañamiento de guitarras; Para vos, Chirola, por Héctor Varela; a José Manuel Moreno, por Francini y Pontier; El taladro, por Alfredo de Angelis y muchísimos más, que contribuyeron a la historia del tango en base a remembranzas, emociones y nostalgias.


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